27 de marzo de 2010



Frío. Lluvia. Viento. Nubes. Otro día más. Otra mañana más. Otro despertar a solas. Otra maraña de recuerdos.
Solo. O, más bien, acompañado.
— ¡Gary! —Llamó con voz somnolienta.
A los pocos segundos un pastor alemán apareció por la puerta y, de un salto, se subió encima de la cama.
— ¡¿Qué pasa pequeño?!— dijo un poco más animado, jugaba con el perro— es hora de levantarse, ¿no crees? Es hora de buscar trabajo, y deshacerse de esta porquería.
El chico se levantó de la cama, revolviendo su cabello rubio. Tan solo llevaba unos calzoncillos de Bob Esponja puestos y, en cuanto puso un pie fuera de la cama, y fuera del edredón, comenzó a notar el frío que hacia.
Salio corriendo descalzo hacia el baño para entrar cuanto antes a la ducha y empaparse en agua hirviendo.
Tras una larga ducha, y vestido tan solo con una bata, se sentó frente a la barra de la cocina mientras hojeaba un periódico.
Café. Debería comprar más antes de quedarse sin reservas.
Echó una hojeada rápida por el minúsculo apartamento. Ropa tirada por el suelo. La cama deshecha, aunque eso no lo tenía muy en cuenta, puesto que acababa de despertarse. Un sofá viejo no muy lejos de la cama. Enfrente una mesa de café negra llena de botellas de cerveza, fruto de la fiesta de la noche pasada. Una tele. Una cocina en la que solo caben dos personas apretujadas.
No era gran cosa, pero no podía permitirse mucho más.
Hacia unos meses había ganado una buena cantidad de dinero, y se lo había gastado a lo loco en fiestas. Aunque también hizo una buena inversión, se compró el pequeño loft. No tenía hipoteca, lo había pagado al contado, por lo que solo tenía que preocuparse del gasto de las necesidades básicas.
Pero aún así necesitaba dinero. Su padre se estaba hartando de prestarle dinero.

“–Tan solo piensas en fiesta y más fiesta. O te buscas trabajo o no volverás a ver un duro proveniente de mi bolsillo.”

De pronto su móvil comenzó a vibrar. Salió corriendo para cogerlo antes de que colgasen.
— ¿Hellou? —dijo aun con un deje de cansancio en la voz.
— Tanner, tengo una buena noticia — dijo una voz femenina al otro lado.
— Soy todo oídos.
— Esta noche, fiesta en casa de Halley. Alcohol. Rock. Y mucha gente. Te va a encantar.
— Ni lo dudes. Pero no creo que pueda ir…
— ¿Por qué?
— Ya sabes. No Money, no party.
— ¿volviste a hablar con tu pa’?
— Yep. Y esta vez va en serio. Me tengo que poner las pilas y buscar curro.
— Te deseo suerte. Bueno, me tengo que ir. Si cambias de opinión, ya sabes donde es la party.
— Ok.
Tras colgar lanzó el teléfono encima de la cama y decidió ponerse a arreglar la casa. Si debía volverse una persona responsable, debería hacerlo desde lo más fácil.
— Gary, es hora de quitar el polvo.

2 comentarios:

  1. Buah
    me he enamorado de sus calzoncillos y de su perro xDDDDD

    conque un niño de papá al que le acaban de cortar el chorro, ¿eh?
    Pinta interesante :)
    veremos a ver de que se pone a trabajar e.e

    ResponderEliminar
  2. Ouuh Tanner~ tannerzonciooo (:
    con calzoncillos de Bob Esponja e.e
    ste chico es nuevo, y me gusta, aunque es un fiestero vaguetaaa... pero mel o imagino muy guapoe.e
    y le gustan los perros, es perfecto para mi :DD

    Tienes que seguir escribiendo
    yaaa (:
    e.e

    ResponderEliminar