Sería hora de buscar un buen trabajo si quería aparecer con dignidad en casa de su padre para la cena familiar, si no…sería el hazmerreír de su padre. Nada bueno, desde luego.
Pero precisamente en ese momento no le apetecía mucho salir de debajo del edredón, y mucho menos si fuera hacía ese viento que se podía ver a través de la ventana. Pero le había prometido a Sammy que se buscaría uno, y pronto. De todas formas, habían quedado ahora por la mañana para ir a echar curriculums a todas partes. Deseaba tener suerte. Ya no solo para obtener la aprobación de su padre, si no para también poder invitar a Sammy a cenar un día. Últimamente era ella la que pagaba las comidas…
— Buenos días, Gary —se dirigió al perro que se encontraba tumbado en el otro lado de la cama. Este abrió sus grandes ojos azules, y le dirigió una mirada interrogatoria.
Con un gran esfuerzo salió de la cama y se tumbó en el sofá con el mando de la tele en la mano. Puso el canal 6, en ese momento estaban echando las noticias más recientes: unos cuanto atracos a mano armada, violencia callejera, violencia de género…y los deportes.
— Hoy en día ni las noticias son interesantes —lanzó un gran suspiro y cambió de canal.
Por lo menos antes de haberse quedado casi sin blanca, contrató el canal de pago, y ahora podía disfrutar de unos de sus canales preferidos: MTV.
Dejó la música puesta y fue a cambiarse de ropa antes de que Samantha llegará a buscarle.
Acababa de entrar al baño cuando sonó el timbre de la puerta.
— ¡Abres tú, Gary! — el perro le contestó con un par de ladridos, y este asomó la cabeza por la puerta del baño — No tener manos no es excusa, grandullón. Está bien, ya voy yo.
— ¿Todavía no estas vestido? — preguntó Samantha en cuanto este abrió la puerta. — No sabía que te gustasen los ositos.
Él la miró extrañado, hasta que vio que esta estaba mirando sus calzoncillos.
— Ya ves… ¿No llegas un poco pronto?
—Más bien eres tú el que se ha despertado un poco tarde, ¿no crees? Son las 12 de la mañana.
— ¿A qué hora habíamos quedado?
— Hace una hora…
El chico se visitó rápidamente con unos vaqueros y una camiseta, y ambos se dirigieron a la salida.
Dos horas más tarde ya habían metido dentro de una veintena de buzones el curriculum de Tanner, y se encontraban sentados en un parque tomando un helado. Esta vez él se había permitido pagarlos. Hacía un buen día soleado, aunque no muy caluroso debido a la brisa que corría.
—Con mi primer sueldo te invitaré a una cena romántica —dijo el chico rubio con la cuchara del helado en la boca.
— ¿Me estás proponiendo una cita?—preguntó ella.
— Sí
— Me parece bien. Aunque la próxima vez sería más romántico si me lo pidieses sin la cuchara en la boca. Pero está bien.
— Que más da. Sabes…ese día sería especial. Me pondría el traje y me peinaría la ralla a un lado. Incluso puede que me deje crecer el bigote solo para ese día, ¿Qué te pareced?
— ¿En serio?
— La verdad es que no. Aunque si tu quisieses me pondría así para ti todos los días —en su mirada se podía observar un sentimiento de ternura y algo más.
Ella apartó la mirada algo ruborizada y se concentró en el helado. Era la primera vez que un chico le decía algo así.
Estaba deseando que llegase ese día. Aquel chico la había encandilado desde el primer momento cuando la encontró en el parque empapada.
Contemplo sus grandes ojos verdes en silencio, sin darse cuenta de que en su cara se formaba una gran sonrisa, al igual que en la del chico.
— ¿Qué pasa? —preguntó él con interés.
— Nada. Solo pensaba.
— Ojala pudiese leerte la mente y saber que cosas pasan por esa cabecita tuya en cada momento —dijo dándole unos golpecitos ligeros en la frente.
Ella tan solo pudo mirarle y sonreír.
Me ha encantado especialmente este último trozo (L)
ResponderEliminarLa va a invitar a una cena romántica *_* y ella tan contenta y feliz porque hay feeling y ambos se molan mutuamente e_e
El sentimiento es recíproco y por eso mola aún más :)
Aiiiins, ¡yo quiero un chico como él!
Las hay con suerte y que no saben lo que tienen...
hahahaha :)
Sigue pronto ;).